La imagen que proyectamos dice más que mil palabras, una persona segura de sí misma atrae más oportunidades que alguien que no lo es. Quien tiene confianza en sí mismo conoce sus capacidades y las expone, mientras que quien no lo es tendrá tantos miedos que éstos le impedirán demostrar sus virtudes.
Ser personas seguras puede abrirnos muchas puertas, desde conseguir un trabajo hasta emprender un proyecto sin miedo al fracaso. Todos los emprendedores fallan en algún momento. No tener miedo a fallar es una característica de las personas seguras.
¿Cómo convertirnos en personas seguras?
Aunque para muchos no sea una tarea fácil, podemos convertirnos en personas seguras siguiendo algunos pasos muy sencillos. Según el psicólogo francés Émile Coué, si repetimos vez tras vez “soy una persona segura” terminaremos creyéndolo y actuando como tal, porque la mente es capaz de producir un comando precondicionado cuando así se requiera. Si somos seguros, transmitiremos a los demás ese sentimiento y ellos también terminarán por creerlo.
Sin embargo, no basta solo con creer que somos seguros: también debemos trabajar con nuestra imagen para que transmita esa seguridad a los demás. De acuerdo con estudios diversos, las personas que saben proyectar una imagen correcta son contratadas más rápidamente que las que no se preocupan por ese tema… e incluso suelen recibir mejores salarios.
Éstas son algunas claves para proyectar seguridad por medio de tu postura e imagen:
Tono de voz. Un tono de voz adecuado es la clave para transmitir seguridad. Es importante que seas escuchado, pero hablar demasiado fuerte podría transmitir prepotencia. Por el contrario, hablar muy bajito podría hacerte perder credibilidad.
Dicción. A la hora de entablar conversaciones con otros, lo mejor es hablar de forma pausada. No pronunciar bien las palabras puede ser un indicador de inseguridad; da la impresión de que no creemos en lo que decimos, y el oyente lo notará provocando que el mensaje se pierda.
Gestos. Los gestos son una parte esencial del lenguaje corporal, pues dan pie a un sinfín de malinterpretaciones. Cuando no comprendemos algún tema podemos hacerlo saber con los gestos: abrir mucho los ojos es señal de que no estamos entendiendo, cerrar los labios con fuerza transmite tensión o que tratamos de mantener el control de nosotros mismos.
Sonrisa. Éste es uno de los elementos más importantes de la comunicación no verbal. Sonreír de manera natural proyecta tranquilidad, confianza en uno mismo y capacidad de socializar.
Saludo. Cuando llegues a un lugar es imprescindible saludar a todos los presentes, los conozcas o no. Acércate, preséntate y ofréceles tu mano.
Postura. Sentarte de manera erguida transmitirá seguridad. Por el contrario, ver hacia el suelo o doblar los hombros te hará ver como una persona que no cree en sí misma.
Caminado. Modera tu paso. Una persona que camina muy rápido puede parecer desesperada, asustada o estresada. Una persona segura camina derecho y con buen ritmo.
Forma de sentarse. Siéntate erguido y evita moverte cada dos segundos. Mover los pies, las manos o cambiar constantemente de transmite inseguridad y nerviosismo.
Ropa. Asegúrate de usar ropa limpia, bien combinada y acorde con la ocasión. Evita los accesorios llamativos: no querrás que éstos se roben la atención de tus interlocutores.
Mirada. Cuando te dirijas a alguien, míralo siempre a los ojos. Lo mismo cuando alguien más se dirija a ti. Evita mirar al suelo o a algún punto perdido en el espacio.
Recuerda siempre buscar la congruencia entre lo que eres y lo que transmites.
Vía Soy Entrepreneur