La semana pasada hablamos de como los malos hábitos pueden afectar nuestras decisiones, pues éstos así como pueden ser catapultas que trabajan a nuestro favor, pueden volverse en nuestra contra. Los malos hábitos influencian directamente la forma en la que tomamos decisiones, pero al estar tan acostumbrados, simplemente no lo notamos.
La falta de previsión, decidía, no tener pensamiento estratégico, dependencia, aislamiento, entre otros, son malos hábitos que nos pueden llevar a decidir no siempre lo mejor.
Ahora bien, estas recomendaciones son generales y pueden aplicar para cualquiera que sea el hábito que desees cambiar o mejorar…Toma nota porque puede resultar muy benéfico si te aplicas y pones las pilas:
- Enfócate en un solo hábito a la vez: Todo es con calma, pues si intentas cambiar más de un hábito al mismo tiempo, (cosa que sería muy difícil), corres el riesgo de no poder lidiar con la carga que esto supone, y peor aún, no cambiar ningún hábito.
- Crea un plan, y escríbelo en papel: No es suficiente decir, “Voy a ser más productivo.” Quererlo no es suficiente, escríbelo en papel, ponle fecha y sé lo más específico posible.
- Replante el plan: Ya tienes la meta, ahora pregúntate; ¿cómo lo voy a conseguir? Debes ser realista. Guarda tu plan en un cajón durante al menos un día, y luego revísalo con cabeza fría, luego pregúntate “¿Puedo lograrlo?”. Encuentra a alguien que pueda darte una opinión honesta.
- Crea mini-planes: Dividir un problema grande en problemas más pequeños es una estrategia ganadora, pues permite distribuir uniformemente la carga que supone lograr un objetivo o meta.
- Crear mini-planes puede parecer sencillo… y lo es! sin embargo los estudios han demostrado el poder de los mini-planes para crear un puente entre “querer lograr algo” y “lograrlo”.
- Repite, repite y repite: Los hábitos son comportamientos que adquirimos y repetimos una y otra vez, de manera prácticamente automática. Ahora que has creado tu plan, lo has refinado y adicionado mini-planes, es hora de hacer de tu nuevo hábito algo automático. Y la única manera de lograr esto es mediante la repetición. La ventaja en el tiempo es que mientras más repitas, menos lo sentirás como una repetición, debido a que el hábito se adherirá a tu estilo de vida, y se convertirá efectivamente en un hábito.
Te proponemos cambiar o mejorar aquellos hábitos en tu vida que quizás no son los mejores. Nuestro consejo: inicia por mejorar el hábito de ahorrar; crea una cuenta donde no tengas acceso a una tarjeta, (así te dará un poco de pereza ir a retirar dinero al banco), una vez que el hábito del ahorro esté bien reforzado, las decisiones no serán un problema, el decidir entre comprar ese algo que en realidad no necesitas, y ahorrar, resultará más sencillo de lo que te imaginas. ¡Comprobado!